El Monje, ha estado meditando que cuando reciba la herencia tan esperada, en realidad no requiere comprarse una vivienda propia, tanto en un costoso terreno, como en una vivienda minimalista construida, tal vez, con containers, tal cual lo venía planeando hasta hace poco tiempo.
El Monje percibe un renta vitalicia y puede pagar el valor de un alquiler de por vida, mientras que al monto hereditario que recibirá, o bien lo invertía en su totalidad en esa vivienda, o bien la utilizará para interesantes inversiones y pequeños lujos, tal cual lo meditó el 21 de éste mes.
Ésta última alternativa es la que mas le esta gustando ahora, pues con este capital, podría comprarse un lindo auto, tal vez una moto para divertirse y el resto invertirlo en el Mercado Financiero, que ha sido su anhelo desde los años 80 cuando vio la película Wall Street y empezó a soñar con convertirse algún día en Inversor.
Ya ha logrado mucho de éste inversor, pues como dije cuenta con una renta vitalicia que le permite vivir en forma tranquila, e incluso ayudar a su familia. Pero esto de invertir aún más en dólares, plazos fijos, fondos comunes, títulos, bonos y acciones, verdaderamente le fascina y es una faceta que va muy bien con su perfil Ermitaño, dado que un ermitaño por lo general no trabaja, ni en relación de dependencia, ni tampoco en forma independiente ofreciendo productos o servicios a la venta. Un ermitaño, o bien es de los clásicos y son autosuficientes con el fruto de la tierra que trabajan con sus propias manos, o bien es justamente esto que es nuestro monje: un inversor, o un rentista que esta muy vinculado con la "avaricia y/o la codicia" aunque no miradas éstas como pecados capitales, sino como algo bueno, es decir, en la medida que están suficientemente equilibradas con la práctica de la caridad.
A éste monje saludablemente avariento lo llamaremos: El Asceta, dado que requiere de parte del monje: "la contención de su prodigalidad e impulsos gastadores" en post de un mayor ajuste y ahorro, a los fines de inversiones y en definitiva, una mejor calidad de vida.
Y así como lo dice un cuento de Bucay; tal vez hasta el oso termine hablando y el Monje termine viviendo en un Miniloft que podría construir la Monja en el patio de su vivienda propia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario