Hemos dejado de narrar cómo va la relación de los Monjes, puesto que la misma se va cocinando a fuego lento desde el día 10 de marzo del corriente año en que dejaron de verse y se adentraron en una separación más profunda. Sin embargo, se están comunicando más asiduamente por estos días y se han podido decir mutuamente, reconociéndolo además en cada uno y en el otro que:
Se aman
Se quieren
Se extrañan
Quieren verse cuando quieran y puedan
Son solos
Son monjes
Tienen mucho de ermitaños
Están integrados respectivamente a sus Comunidades Afectivas en las cuales se nutren, se sostienen y para las cuales trabajan, cada uno desde su propio lugar de residencia.
Ahora bien, es fundamental que demos unos cuantos datos sobre lo que El Monje ha descubierto en estos días referido a sus dos Principales Misiones de su vida:
Primer Misión conforme la Numerología:
Número 8: Ha venido a este mundo para realizar orden, organización y constancia, desde el punto de vista materialista espiritual, logrando el éxito financiero, sin hacer del dinero un falso ídolo, sino dirigiéndolo con su espíritu para diversas obras de bien y muy en particular, cualquier tipo de sanación. Todo esto es primero con sigo mismo y luego con los demás (Su función de Coach).
Segunda Misión conforme el Tarot:
La Justicia. Ella tiene las escalas de igualdad y juicio imparcial en una mano, y la espada de decisión en la otra. En el tarot, la justicia representa la comprensión de que la vida es, en última instancia, justa y equitativa. Aunque los caprichos de la vida cotidiana tienden a hacernos dudar de este hecho, la Justicia nos recuerda que existe un equilibrio divino (Su función como Abogado).
Concomitantemente la Misión de la Monja conforme la Numerología es:
El número 9. Viene a realizarse en todas las áreas de la vida, con un crecimiento general. Están aquí para concretar cosas, aprender a terminar todo aquello que comiencen o han comenzado en otras etapas, a lograr el éxito en todo lo que emprendan, a hacer las cosas bien hechas, a ser profundos, consistentes, coherentes y, sobre todo muy constantes. También están aquí para desarrollar amor y tolerancia hacia el prójimo, ser compasivos y situarse en el lugar del otro; vienen a desarrollar el altruismo, a soltar el juicio sobre personas, a dejar correr las cosas que no son importantes, a ver los aspectos más sutiles, más profundos, asumiendo su propio aprendizaje, a tener agilidad en los procesos de aprendizaje, a no demorarse tanto en analizar e integrar a su vida los nuevos conceptos, a realizar ideales nobles.
A nivel profesional, cumple su misión cuando alcanza la realización en el área económica que elija desempeñarse, especialmente, cuando ésta tenga relación con crear beneficios para grandes cantidades de personas, todo lo referente a la asistencia social, organizaciones que incluyan planes filantrópicos o educativos, el área de la educación y la pedagogía (esto es a lo que se dedica nuestra querida Monja).-